Cuando las sombras de lo que creí haber sido alguna vez se desvanecen con la luz de la incertidumbre de lo que soy busco encontrar nuevos caminos oscuros que transitar, mas nada sirve pues prefiero caminar a ciegas pero siempre termino abriendo los ojos ante el golpe contra una nueva pared. Y más muros se presentan inquebratables reduciendo el ínfimo espacio a casi una nada oscura pero pronto iluminada por la duda. Y más preguntas sin respuesta, y más respuestas sin pregunta invaden la cada vez más pobre visión de lo que soy, lo que fui y lo que seré. Mas nada logra vencerme aún, sigo pisando firmemente y manteniéndome erguido ante la tempestad interior, aún peor que la exterior. Y sin caer avanzo y retrocedo, a veces sin quererlo recibo golpes y golpeo, pero los caminos que alguna vez recorrí están bloqueados como éste lo estará alguna vez y otros lo estarán también. Y entonces, en mi desolación, tan frágil y frío como ahora, quizás comprenda que nada fue en vano y logre sortear los obstáculos de mi mente, esos que me impidieron y me impiden llegar a mí; y quizás aún en ese momento tenga fuerzas y voluntad suficientes para gritar bien fuerte que soy YO!; aquel que no ha de sentirse vencido y espera en algún camino poder cruzarse con la luz imperecedera de su verdad, para luego callar por siempre...