Voluntariamente se ingresa con confianza ciega, sin evaluar qué pasaría si, por un error de cálculo, quedamos atrapados
Inorgánica pero animada por el constante atravesar de ingresantes y egresantes al mismo tiempo propone un desafío: llegar al otro lado
Como un planeta, la puerta giratoria genera sus propias fuerzas, centrífuga y centrípeta, en un constante afán por confundirnos; mantenernos dando vueltas tanto tiempo hasta que se desdibujen el adentro y el afuera