Desnudo ante la tempestad, impúdico soñador, me veo intentando avanzar, aún cargando con mis sueños...Tratando de atravesar, este paraje desolado, escucho a lo lejos una voz... Veo la meta alejarse... Las lágrimas no surgen de mis ojos, atraídas por el vacío interior que no las deja fluir...Caída la noche, con frío y hambre de ti, busco en el vidrio encontrarle razón a mi existencia...El soñador despierta de su letargo y la botella ya se acabó... Miro mi reflejo en el estanque de la imginación... Análisis de daños: lo mismo de siempre, sólo las marcas de mis decisiones...El sol de la mañana dibuja sombras extrañas, y creo volver a verte allí, esperándome... No, ya no quiero vivir de estas ilusiones... La arena cobijará de hoy en adelante mis restos... Sólo un explorador de sus misterios consumido por su realidad...