Menos de lo que he pensado, me duró la inspiración.
Siento como todo acaba, y aumenta la desazón.
Busco, por momentos justo, concentrar mi atención.
Mas siempre caigo en el discurso de asesino y sanador.
Tiendo siempre, inconsciente, a la autodestrucción.
Veo dentro, estupefacto, ocultando mi temor.
Mas la vida, hecha herida, mucho no puede durar.
Y en mi mente, vengativa, sólo yo falto ajusticiar...