Y quizás, si me sincero, confiese que ya no puedo más...
Puede que me arrastre tras tu sombra, puede que llore mis no-lágrimas por los rincones que aún conservan tu perfume, puede que grite tu nombre al viento esperando una respuesta...
Pero si te dijera, ¿cambiaría algo?
Desperdicio para muchos, incluso para mí; te conservo aún sabiendo que tu fría forma de decir "No" sin decir absolutamente nada es la mayor demostración de falta de interés. Te recuerdo, aún sabiendo que ya no sos a quien creí conocer. Te idealizo, aún sabiendo que, probablemente, no seas ni la mitad de lo que imagino. Te pienso, aún sabiendo que el daño que me causo no me deja avanzar. Te escribo, aún sabiendo que nunca vas a leer mis penas. Te sueño, aún sabiendo que cada despertar es un frío desengaño. Te Amo, aún sabiendo que mi tiempo ya pasó...
Y así me hago cargo de quien y como soy, y así me aferro a vos, a la distancia y en silencio, y así me dejo caer, quién sabe hasta dónde, quizás en búsqueda de redención, quizás sólo por el placer de descubrir cada día que el fondo está más abajo de lo que creía...
El Eterno Retorno, el círculo que toda Vida debe formar, según Zaratustra, parece ser cada vez más corto para mí. ¿Puede que me haya vuelto tan básico, tan estúpidamente simple? Quizás sólo sea otro loco enamorado del Amor, aunque prefiero saber que ese Amor lleva tus ojos...