Qué gran y triste aprendizaje escondes princesa...
Qué increíblemente complicado se hace pensarte...
Del pasado, sólo los más básicos vestigios, el conocimiento en sí. Quizás tan simple deseo suene fácil de lograr, pero cuánto me enseña tu recuerdo, tan perfecto y fugaz que parece imposible...
De tus tragedias y las mías sólo un individuo puede hablar, y aún así el camino del saber nos guía nuevamente a un mismo punto. O al menos eso elijo creer. Siento que el tiempo me depara agradecerte aún más...
Es un deber personal ponerse en el lugar del otro para comprenderlo, y lamento no haberlo entendido tan sólo unas semanas antes...
Pues entonces, quizás alguna noche de desvelo soñemos al otro comprendiendo y curando nuestras penas, y allí podamos al fin decir adiós...
Qué grande y triste el aprendizaje que escondes, princesa...